Hoy en día, muchas universidades y trabajos requieren un título oficial de inglés para poder acceder a ellos. No obstante, no todas las certificaciones de inglés son iguales ni tienen la misma validez.
El primer paso para elegir qué examen oficial de inglés debemos elegir es tener clara la finalidad para la que necesitamos tener un título oficial. Y es que no se trata de presentarnos a un examen oficial solo porque sí. Antes de presentarnos a un examen de inglés, debemos fijar previamente los objetivos que queremos cubrir y que precisan de un título oficial de inglés.
A continuación, ya con nuestros objetivos claros, deberemos informarnos de si, entre los requisitos para acceder a la universidad, trabajo, etc. deseado, se incluye ya un título oficial de inglés concreto o si tenemos varias opciones para conseguirlo.
Así, dependiendo del ámbito geográfico de interés, los requisitos de titulación cambiarán bastante. Los exámenes de inglés más extendidos en España, los de Cambridge ESOL, son sin embargo válidos únicamente en la Unión Europea. Por tanto, si tus metas pasan por Estados Unidos, Canadá, Australia u cualquier otro país no europeo, olvídate de estas certificaciones y enfócate en otras reconocidas internacionalmente como el TOEFL o el IELTS.
Tampoco es lo mismo si nuestros fines son académicos o profesionales. Si bien tanto el TOEFL como el IELTS están pensados para cubrir ambas necesidades, lo cierto es que cada uno está más extendido en distintos ámbitos. Por ejemplo, en el ámbito académico, las universidades británicas prefieren el IELTS mientras que en las americanas es más habitual solicitar el TOEFL.
En el ámbito profesional ocurre lo mismo. Pese a que el TOEFL y el IELTS son los títulos oficiales de inglés más internacionales, en algunas profesiones se han creado certificaciones específicas que te abrirán mucho más fácilmente las puertas. Es el caso del ILEC, para fines legales, y del ICFE, en el sector financiero. Otros títulos oficiales de inglés que deberemos tener muy en cuenta en el ámbito laboral serán el BEC (Cambridge Business English Certificate) y el TOEIC.
En resumen, títulos de inglés hay tantos como necesidades y objetivos podamos cubrir con ellos. Por ello, lo mejor es definir previamente a dónde queremos llegar o para qué necesitamos un título oficial de inglés y, a continuación, informarnos de las diferentes posibilidades existentes, de las que predominan en el ámbito al que nos enfocamos y de los requisitos concretos de cada caso.